Del 11 al 14 de Enero, 2016.
Habíamos contratado el minibús que nos llevaría desde Port Barton a El Nido con anterioridad, para asegurarnos las plazas y sobre todo, para que nos guarden los asientos de la primera fila. Es sabido, visto y sufrido, que suelen meter 18 personas o incluso más en un vehículo con capacidad original para 9 o 12 en el mejor de los casos. Al final no llegamos a ser tantos, y no fue porque el conductor no quisiera, sino porque después de recorrer el pueblo tantas veces perdió la paciencia y decidió que las 9:00hs era buena hora para partir (su horario eran las 8.00hs).
Volvimos a deshacer la carretera en construcción, paramos en dos ocasiones a descansar y a las 12:30 del mediodía nos encontramos en la terminal de buses, a un par de kilómetros en las afueras de El Nido sin saber bien cómo seguir a partir de allí. Preguntamos un poco y apelamos a la fórmula de tomar un triciclo que nos ayude a buscar hotel. Otra vez funcionó: el chico entendió nuestros requerimientos y después del segundo hotel que visitamos nos quedamos en el Devayn's Inn por 1400Php, unos 28€. En El Nido todo es mucho más caro que el promedio de Filipinas, y se debe al gran auge turístico que está viviendo. De todas maneras el hotel estaba muy bien, tranquilo, limpio, teníamos nuestra propia terraza y estaba cerca de todo.
Salimos, como de costumbre, a dar unas vueltas por el pueblo y nos dimos cuenta enseguida de que el boom turístico que el pueblo está viviendo le está haciendo daño. Se está construyendo sin ningún criterio y todo está bastante desorganizado. Mirando sobre las construcciones pudimos notar que el entorno del lugar es increíblemente bello, pero no se aprecia en absoluto.
Comimos en un restaurante que se veía bien, pero donde los empleados no tenían demasiado entusiasmo y nos fuimos a la playa, invadida totalmente de bangkas y locales decadentes con la música a tope.
Con respecto a la oferta de servicios, precios y formas todo está bastante regularizado, precios y servicios similares. Encontramos un jóven que alquilaba kayaks y ofrecía los tours. Luego de una ardua negociación conseguimos mejorar algo del precio contratando la excursión "A" para el día siguiente y alquilando un kayak para otro día, pagando 1200PhP (24€) c/u por la excursión, incluídos 200PhP de tasa medioambiental y 500PhP (10€) por el kayak.
Con nuestro "objetivo" resuelto, seguimos caminando y encontramos en una panadería que hacía toda clase de panes y masas, realmente deliciosas.
En nuestro segundo día partimos a las 9:00hs en una bangka con otros cuantos turistas para hacer el tour A. Sólo salir del pueblo, el paisaje se transforma en paraíso, las islas con formaciones rocosas peculiares, el color del mar y la vegetación no pueden ser más hermosos.
Comenzamos visitando la Seven Commando Beach, una extensa playa de arena blanca con un jardín de coral en uno de sus extremos. La mala suerte fue que estaba plagada de unas pequeñas medusas del tamaño de una moneda y casi nadie se arriesgaba a bañarse. Pablo después de preguntar si los animalitos eran demasiado ponzoñosos, decidió correr el riesgo de algunas cuantas pequeñas picaduras y hacer snorkel en los corales. El paisaje debajo del agua pagó con creces el pequeño inconveniente de las picaduras (muy suaves) de las medusas. Otra vez una cantidad de vida y colores increíbles. Incluso llegó a ver muy cerca una serpiente marina.
Luego de la playa nos trasladamos al Big Lagoon, un lago dentro de una isla conectado por un canal con el mar. Debido a la marea baja tuvimos que llegar caminando con el agua a la cintura, pero el lugar es de los que te dejan con la boca abierta.
Nos trasladamos más tarde al Small Lagoon, otro lago, más pequeño, pero no menos precioso. Allí nos prepararon una barbacoa de pescado y mariscos, carne, verduras y frutas tropicales. Todo riquísimo, y más en ese entorno.
La siguiente parada fue Secret Lagoon, aún otro lago más dentro de una isla, ésta vez más escondido y aunque su nombre haga alusión a lo "secreto", la masificación del lugar lo desmentía por completo. Si no fuera por eso y (otra vez) las pequeñas y molestas mini medusas el lugar sería lo que la mayoría de nosotros definiría como paraíso.
De vuelta al pueblo, a eso de las 15:00hs maravillados con la excursión, nos entretuvimos paseando por la zona central del pueblo y nos sorprendió una zona tristemente pobre y marginal pero que por otra parte estaba muy cercana al corazón turístico, confirmándonos una vez más los contrastes del lugar. Más tarde cenamos en un restaurante que nos habían recomendado. Otra vez la atención mala y la comida otro tanto...y cara.
Partimos a las 8:30hs con nuestro kayak y cruzamos el canal hasta Cadlao Island. El tour del día anterior había sido increíblemente bueno, pero no se compararía con recorrer paisajes similares por nuestra cuenta, a nuestro ritmo y completamente solos. Fuimos parando en calas desiertas rodeados de bosque tropical y monos curiosos, disfrutamos muchísimo del mar, la arena y la soledad absoluta. Llegamos bastante lejos, y, aunque nos cansamos bastante, sobre todo a la vuelta donde cruzamos varios kilómetros por mar abierto, la experiencia fue maravillosa.
Para poner buen final al día ambos nos hicimos dar unos buenos masajes relajantes y luego cenamos en un restaurante al lado del hotel. Esta vez la elección fue buena y quedamos contentos.
Estuvimos 3 días en El Nido y, aunque podríamos haber hecho más excursiones y visitado algunas playas cercanas, creemos que fue suficiente y nos llevamos un buen sabor de boca con la visita. A pesar de ser un sitio paradisíaco, que los lugares más emblemáticos estén tan masificados no permiten apreciar todo su esplendor, por eso nos conformamos con hacer sólo una de las excursiones y hacer en cambio nuestra propia excursión en kayak.
Debíamos retornar a Puerto Princesa para tomar el vuelo hacia Laoag, al norte de la isla de Luzon y, aunque la capital de la isla no tiene mucho para ver, nos quedaríamos un par de días para "descansar". Nos fuimos a las 8:00hs en el primer bus que salió, sin aire acondicionado y parando en todos los pueblos varias veces, cada vez que la gente lo requería, a veces a pocos metros entre parada y parada. A pesar de lo lento del viaje, se nos hizo muy entretenido charlando con la gente y mirando los paisajes del interior.
Llegamos a las 15:00hs y nos fuimos en un triciclo al centro de la ciudad, a un hotel barato que nos habían apuntado, resultó que las habitaciones disponibles no nos gustaron. Al final nos alojamos en un hotelito con buen ambiente viajero llamado Dallas (600PhP, 12€) básico pero con baño privado, agua, café y té gratis.
Nos lo pasamos genial en Puerto Princesa, visitamos centros comerciales, compramos ropa de segunda mano, tomamos batidos de coco buenísimos, recorrimos el mercado y caminamos por todos lados. Encontramos también un restaurante muy grande, el Skylight, siempre lleno de gente local, en el cual comimos muy barato unos platos riquísimos. Lo mejor era el Seafood Pancit Bihon (fideos de arroz al wok con mariscos) por 140PhP, 2,80€ los dos, incluso una vez se equivocaron y para compensarnos nos regalaron dos batidos de coco. Realmente uno de los lugares con mejor calidad precio de todo el viaje, sumados a una muy esmerada atención, más que recomendable!!
A la mañana de nuestro tercer día en Puerto Princesa, nos dirigimos al pequeño aeropuerto sabiendo que en los próximos días ya no estaríamos cerca del mar y lo que quedaba del viaje serían paisajes de montaña, arrozales y aldeas. Lo que no nos imaginábamos es que habíamos comprado los pasajes aéreos al lugar menos conveniente...
Para poner buen final al día ambos nos hicimos dar unos buenos masajes relajantes y luego cenamos en un restaurante al lado del hotel. Esta vez la elección fue buena y quedamos contentos.
Estuvimos 3 días en El Nido y, aunque podríamos haber hecho más excursiones y visitado algunas playas cercanas, creemos que fue suficiente y nos llevamos un buen sabor de boca con la visita. A pesar de ser un sitio paradisíaco, que los lugares más emblemáticos estén tan masificados no permiten apreciar todo su esplendor, por eso nos conformamos con hacer sólo una de las excursiones y hacer en cambio nuestra propia excursión en kayak.
Debíamos retornar a Puerto Princesa para tomar el vuelo hacia Laoag, al norte de la isla de Luzon y, aunque la capital de la isla no tiene mucho para ver, nos quedaríamos un par de días para "descansar". Nos fuimos a las 8:00hs en el primer bus que salió, sin aire acondicionado y parando en todos los pueblos varias veces, cada vez que la gente lo requería, a veces a pocos metros entre parada y parada. A pesar de lo lento del viaje, se nos hizo muy entretenido charlando con la gente y mirando los paisajes del interior.
Llegamos a las 15:00hs y nos fuimos en un triciclo al centro de la ciudad, a un hotel barato que nos habían apuntado, resultó que las habitaciones disponibles no nos gustaron. Al final nos alojamos en un hotelito con buen ambiente viajero llamado Dallas (600PhP, 12€) básico pero con baño privado, agua, café y té gratis.
Nos lo pasamos genial en Puerto Princesa, visitamos centros comerciales, compramos ropa de segunda mano, tomamos batidos de coco buenísimos, recorrimos el mercado y caminamos por todos lados. Encontramos también un restaurante muy grande, el Skylight, siempre lleno de gente local, en el cual comimos muy barato unos platos riquísimos. Lo mejor era el Seafood Pancit Bihon (fideos de arroz al wok con mariscos) por 140PhP, 2,80€ los dos, incluso una vez se equivocaron y para compensarnos nos regalaron dos batidos de coco. Realmente uno de los lugares con mejor calidad precio de todo el viaje, sumados a una muy esmerada atención, más que recomendable!!
A la mañana de nuestro tercer día en Puerto Princesa, nos dirigimos al pequeño aeropuerto sabiendo que en los próximos días ya no estaríamos cerca del mar y lo que quedaba del viaje serían paisajes de montaña, arrozales y aldeas. Lo que no nos imaginábamos es que habíamos comprado los pasajes aéreos al lugar menos conveniente...
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