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domingo, 2 de febrero de 2014

37 - Sobre torres y glaciares



Del 20 al 26 de Enero, 2014.

Entramos al Parque Nacional Torres Del Paine, en Chile cerca del mediodía, pagamos la entrada de rigor (que nos pareció un poco cara) y nos informamos sobre cómo visitarlo. El clima esta vez no nos acompañaba mucho, densas nubes cubrían el macizo y amenazaba a llover todo el tiempo. Por supuesto, el viento soplaba con violencia tal como lo hace siempre por esos parajes.




Este parque es el más visitado de Chile y lo que destaca en él son tres agujas de granito conocidas como Torres Del Paine (se llama Paine a uno de los ríos que pasan por la zona) y, aunque el paisaje del parque de por sí es espectacular, ésa es la imagen que lo representa. Complementan el lugar otro macizo muy particular, los Cuernos Del Paine, de rocas muy escarpadas de origen volcánico, glaciares, cascadas y lagos de un color turquesa que parece irreal. También abunda la flora y fauna patagónica que venimos describiendo en otros post.




 

Estuvimos todo el día recorriendo el parque y sus miradores aunque hicimos pocas caminatas, ya que el viento era difícil de soportar. Llegamos hasta el puesto de guardaparques desde donde hicimos un sendero para ver el glaciar Grey, visitamos la cascada llamada Salto Grande y ya bien entrada la tarde, a eso de las 20:30hs, el cielo se despejó lo suficiente como para regalarnos la visión de los imponentes picos de los Cuernos y las Torres Del Paine.






Volvimos al puesto de entrada del parque y nos desviamos por otro camino que llega hasta Laguna Azul, donde funciona un camping gratuito con cocina y duchas calientes. La zona de acampada es de tipo agreste, cerca de la costa de la laguna y se tienen buenas vistas de las torres.


 
Dormimos allí, por la mañana caminamos por la costa de la laguna y más tarde pasamos por la Cascada Del Paine, donde aprovechamos para almorzar.

Luego salimos nuevamente del parque nacional hasta el pueblo de Cerro Castillo donde está el puesto fronterizo chileno, hicimos los trámites pertinentes y cruzamos nuevamente a Argentina por el modesto paso de Cancha Carrera donde según nos dió la impresión, no tenían ni luz eléctrica.




Para no hacer camino de ripio alargamos unos cuantos kilómetros pasando por La Esperanza, en la provincia de Santa Cruz donde por suerte, después de un par de intentos, había una estación de servicio en funcionamiento a la que llegamos con la reserva de diesel de Furgo al mínimo jamás alcanzado en el viaje (aunque por las dudas teníamos 20lts en un depósito aparte).



Seguimos recorriendo la estepa patagónica y al atardecer entramos en El Calafate, sobre el Lago Argentino, que es la ciudad portal del Parque Nacional Los Glaciares y uno de los puntos turísticos de Argentina más famosos internacionalmente, aunque el pueblo en sí no sea demasiado bonito.

Como siempre nos informamos y nos dimos un pequeño lujo, compramos la excursión en barco por el Lago Argentino para visitar al día siguiente sus tres principales glaciares (aunque hay muchos otros): el Upsala, el Spegazzini y el más famoso de todos el Glaciar Perito Moreno.

Esta excursión, aunque de costo alto, (alrededor de U$S 75) es altamente recomendable, dura alrededor de 7hs y se recorren los brazos del Lago argentino en unos catamaranes modernos y muy bien equipados, navegando entre témpanos y llegando a pocos metros de las paredes de los glaciares.



Nos quedamos esa noche a dormir en el estacionamiento del mismo puerto, a unos 14km de la ciudad, cosa que hicimos después de aprovisionarnos en un supermercado. Por la mañana temprano embarcamos, teniendo la suerte de que por razones de alta ocupación nos ubicaran en el piso superior de la nave junto con el capitán, algo así como una primera clase en aviación, y al mismo precio.




Primero llegamos al Glaciar Upsala, el más grande del parque, y unas 3 veces más grande que el Perito Moreno aunque, como la mayoría de los glaciares del mundo, está en retroceso. En este caso, el glaciar se ve desde una distancia de 10km ya que en el lugar se encuentran numerosos témpanos. La navegación entre los inmensos bloques de hielo de colores que van del blanco al azul más profundo es toda una experiencia.


Luego llegamos, esta vez bien cerca, al glaciar Spegazzini, que aunque más pequeño que los otros, su pared frontal es más alta. En este glaciar se puede ver muy bien como el río de hielo baja de la montaña y también sus “morenas”, manchas oscuras formada por el arrastre de sedimentos arrancados a las rocas.




Ya pasado el mediodía, por el brazo sur, navegamos hacia la pared frontal del glaciar Perito Moreno donde todos terminamos absolutamente maravillados por la belleza increíble de los hielos y porque el lugar es absolutamente imponente y mágico.


El glaciar Perito Moreno es atípico, ya que es uno de los pocos en el mundo que se mantiene en crecimiento, sirviendo como dique natural entre dos brazos del lago. Cada 3 o 4 años, el nivel de agua entre los brazos varía y genera presión sobre la pared, lo que deriva en la caída de la misma en un espectáculo sobrecogedor. La última ruptura ocurrió por última vez a principios de 2013.

Una vez regresamos de la excursión lacustre, a eso de las 16hs, aprovechamos la entrada al parque nacional, sólo válida por ese día, y volvimos a visitar el glaciar Perito Moreno, esta vez por tierra y siguiendo el moderno sistema de pasarelas instaladas por la Administración de Parques Nacionales. Otra vez, la visión del glaciar es impactante, ya que se ve otra pared del mismo, la que está sobre el canal que se cierra con los hielos y en donde se realizan las rupturas. Nos quedamos un buen rato observando y disfrutando la visión de la caída de trozos de hielo que sucede todo el tiempo, a veces grandes, que suenan como truenos al desprenderse y caer sobre la superficie del canal.











Esa noche volvimos a El Calafate y dormimos en la costanera, a pocos metros del lago. Por la mañana, dimos un paseo por la ciudad y por la tarde, luego del almuerzo salimos hacia El Chaltén. El cielo estaba totalmente despejado y el paisaje de la estepa se nos hacía más bonito.





Desde una distancia de casi 200km, aún rodeando el Lago Argentino, ya se podía ver en el horizonte la silueta del Fitz Roy, un pico de 3405msnm que forma el límite norte del Parque Nacional Los Glaciares, aparte de formar límite con Chile. Durante todo el camino fuimos viendo el macizo, que se hacía más impactante a la vez que nos acercábamos al pueblo.





El Chaltén es un pueblo que se “fundó” relativamente hace poco tiempo, en 1985 y se proclama como Capital Nacional Del Trekking. Aunque es un pueblo pequeño, tiene un gran movimiento de gente que viene a hacer los distintos circuitos de senderismo hacia el Fitz Roy, Cerro Torre y otros cuantos puntos más, dentro y fuera del parque nacional. El paisaje de los alrededores es precioso ya que aparte del Fitz Roy (o Chaltén, como lo llamaban los lugareños), formación montañosa colosal parecida al de Torres Del Paine, también hay bosques, lagos, cascadas y glaciares.

Allí, está todo muy preparado para recibir al visitante, tiendas especializadas, campings, información de parte de Parques Nacionales y de la municipalidad del pueblo y los senderos están correctamente marcados, con baños en los campamentos, agua potable e indicaciones de seguridad.




Estuvimos tres noches allí, durmiendo en el estacionamiento de uno de los senderos. Visitamos Lago del Desierto, caminamos una parte del sendero al Fitz Roy, fuimos al Mirador de los Cóndores y visitamos la Cascada El Chorrillo. Por la mañana del tercer día volvimos a la estepa y pusimos otra vez rumbo norte, por la famosa y ventosa Ruta 40.



2 comentarios:

  1. muy muy bueno!! felcitaciones y suerte en el camino!! un gusto haberlos conocido! Martin, (mochilero que llevaron hasta san martin de los andes! gracias! :)

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    1. Hola Martín! para nosotros fue un honor tenerte como compañero de viaje, aunque sea por unos pocos kilómetros. Un abrazo, que sigas viajando mucho y muchos éxitos con tus proyectos.

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