Del 5 al 9 de Diciembre,
2013
Temprano, y frío a esas
alturas, abandonamos el fangoso estacionamiento de la gasolinera en
Chalhuanca y, ansiosos, nos decidimos ya a llegar el mismo día a
Cuzco. Normalmente es algo perfectamente posible, pero las alturas y
el poco rendimiento del motor por la falta de oxígeno, sumado a las
obras de reconstrucción o mantenimiento de la carretera a veces
cambia los planes.
Seguimos zigzagueando por
caminos de montaña y ya bien entrada la tarde nos encontrábamos en
las afueras de Cuzco, ciudad, que como casi todas las otras en Perú,
está creciendo de forma exponencial y desordenada.
Logramos hacernos paso
hasta el centro y nos estacionamos delante del edificio municipal,
muy cerca de la Plaza De Armas. El casco antiguo de Cuzco (o Cusco, o
Qosqo, como en realidad se denomina por allí) es precioso, combina
antiguos muros incas con arquitectura colonial española y grandes
basílicas e iglesias barrocamente decoradas con mucho arte, y
sobretodo, pan de oro.
En información turística
no nos terminaron de aclarar todas las dudas, aunque ya nos fuimos
con una cierta idea: pagar precios normales en Cusco iba a ser una
misión difícil.
También hablamos con
algunas agencias de viajes, que nos dieron opciones bastante más
económicas, y aventureras, para llegar hasta Machu Picchu.
Lo de donde dormir fue
fácil, nos quedamos en el mismo lugar donde estacionamos, nos
confirmaron que era seguro, y, aunque algo ruidoso, estábamos
demasiado cansados para buscar alternativas.
De todas maneras, el
sitio es fantástico y es difícil imaginarse el esfuerzo para
cortar, dar forma y arrastrar semejantes moles de piedras.
Visitamos también Qenko,
Tambomachay, centros ceremoniales y Puca Pucará, una fortaleza,
todos a pocos kilómetros unos de otros.
Aprovechamos que se
despejó un poco el cielo y al costado de la carretera nos dimos una
buena y merecida ducha y seguimos para Pisac, ya en el Valle Sagrado
que surca el río Urubamba y donde comenzó toda la civilización
Inca.
Pisac es un sitio con
magia. Es un yacimiento arqueológico que combina una zona
residencial, ceremonial y militar con una obra de terrazas de cultivo
sobre la ladera de una montaña que transforma el paisaje con armonía
y belleza y sobre todo respeto, algo que hace unos cuantos siglos
sabían hacer y de lo que algunos constructores actuales deberían de
tomar ejemplo.
Esa tarde siguiendo por
el Valle Sagrado, llegamos bastante tarde a Ollantaytambo, otra de
las joyas arquitectónicas del lugar para pasar la noche allí y
seguir nuestras investigaciones sobre alternativas baratas para
visitar Machu Picchu. No visitamos la zona arqueológica,
aunque caminamos por el pueblo, que aún conserva la antigua
disposición urbana precolombina y gran cantidad de antiguos muros
incaicos.
Dormimos a metros del
sitio arqueológico, en el estacionamiento para buses, y por la
mañana visitamos el lugar. Nos encontramos con otra ciudad
impresionante, otro ejemplo de saber hacer en muchas artes y
ciencias, sobretodo en astronomía, arquitectura, agro e hidráulica,
todo hecho con muy buen gusto, y para que dure por siempre. Visitar
esos lugares da bastante que pensar. Es increíble el grado de
desarrollo alcanzado en ese entonces en comparación con el actual.
Volvimos por el valle
sagrado hasta Urubamba y nos desviamos hacia Cusco por el camino que
pasa por Chinchero. Antes cogimos el desvío a Maras, un pueblo
bonito y muy típico aún no contaminado por el turismo masivo, y
seguimos por un camino de grava hasta Moray, un interesante complejo
de experimentación agropecuaria de los incas en forma de terrazas
concéntricas. El paisaje de la zona es muy pintoresco, pampas de
altura muy fértiles con vistas a las cadenas montañosas y nevados
que dan forma al valle.
Cartel con información demográfica en la zona rural de Maras. |
Algo más tarde pasamos
por Chinchero, otra antigua ciudad inca, que aún conserva parte de
sus edificios y en donde hay una iglesia decorada con barroco mestizo
que llama mucho la atención.
De vuelta en Cusco, nos
decidimos a comprar un tour a Machu Picchu, que aún siendo caro, era
la mitad más barato que los convencionales y que nos ofrecía una
noche de hotel en Aguas Calientes, (o Machu Picchu pueblo, como le
llaman ahora). A última hora de la noche también encontramos un
estacionamiento privado seguro para dejar a Furgo los dos días que
íbamos a estar fuera.
A las 7 hs nos subimos a
un minibus con otros turistas y salimos hacia el valle sagrado,
pasamos por Ollantaytambo y enseguida comenzamos la cuesta arriba
hasta Abra Málaga, a 4300 msnm para luego, bajo una densa niebla
bajar de vuelta, desviarnos por un camino de grava en no tan buen
estado hasta un pueblo que se llama Santa Teresa, donde teníamos
almuerzo pago (de penosa calidad y cantidad) y a eso de las 14hs ya
estábamos en Hidroeléctrica, un lugar con una estación de tren
donde están construyendo plantas hidroeléctricas aprovechando el
desnivel y fuerza del río Urubamba.
Siguiendo por las vías,
recorrimos 10km caminando por paisajes de bosque húmedo siempre
bordeando el río. En tren son unos 15minutos de recorrido (por
U$S18), caminando, unas dos horas y media, pero el trayecto es muy
agradable y los paisajes preciosos.
Ya en Aguas Calientes,
nos encontramos con nuestro guía que nos asignó un hotel y el
comedor para la cena. Una vez instalados y acomodados, y mientras
estábamos dándonos una buena ducha de agua caliente, nos avisaron
de que tendríamos que cambiarnos de hotel ya que se habían
equivocado y nos correspondía otro. Luego de hacerles entender de
que no había forma de que supiésemos del error, al final se
arreglaron entre ellos y nos dejaron allí. Durante la cena nos
explicaron cómo iba a ser la subida a Machu Picchu y cuando le
pagamos las entradas nos cuestionaron la autenticidad de nuestro
dinero (que habíamos sacado de un cajero automático). Así que
fuimos con el billete en cuestión hasta la estación de tren y nos
lo comprobaron con una máquina especial, por suerte esta vez era
verdadero...
Al fin llegamos agotados
y empapados. Nos encontramos con el grupo y nuestro guía y visitamos
la ciudad sagrada. Sobre la historia, orígenes, decadencia,
descubrimiento y demás cuestiones acerca de Machu Picchu hemos oído
diferentes versiones, depende de quien la cuenta (recomendamos la
lectura de fuentes confiables, Wikipedia, por ejemplo da bastante
información). Podemos decir que un investigador norteamericano
llamado Hiram Bingham, buscando otro lugar y preguntando a unos
pastores fue informado (después de sobornar a un niño), que había
una ciudad encima de la “Montaña Vieja” (ese es el significado
de Machu Picchu). Cuando este investigador llegó al lugar en 1911,
todo estaba cubierto de hierbas y mimetizado con el entorno. Este
historiador, enseguida se dio cuenta de la importancia del lugar y
junto con la National Geographic Society, comenzaron la tarea de
investigación, divulgación y conservación de las ruinas de la
ciudad.
Lo que encanta y
sorprende de este lugar es la armonía y belleza de sus
construcciones otra vez con el elevado conocimiento en arquitectura,
hidráulica y astronomía demostrado y el entorno en la que está
construida. Tanto sus complejos habitacionales, terrazas, templos y
estructuras están perfectamente diseñados y adaptados
milimétricamente al relieve de la montaña, sin desperdicio y de
forma útil, según el propósito de cada edificio. Aunque todo el
tiempo que estuvimos arriba estuvo nublado y lloviendo, el tiempo no
opacó en nada la belleza del lugar, es más, las nubes le daban un
ambiente aún más místico al lugar.
Bajamos las vertiginosas
escaleras aún bajo la lluvia y aún empapados nos fuimos a la
estación de tren, ya que teníamos los pasajes de vuelta hasta
Hidroeléctrica pagados.
El viaje hasta Santa
Teresa se vio interrumpido por las obras de construcción de un
camino superior. La máquina provocó un derrumbe de gran cantidad
de piedras, que hicieron que tengamos que esperar casi tres horas
hasta que la despejen. Esto hizo que lleguemos cerca de medianoche de
vuelta a Cusco, aún mojados y muy cansados. Recuperamos a Furgo que
estaba a salvo y nos preparamos para partir a la mañana siguiente en
dirección al lago Titicaca.
Efectos colaterales de la caminata... |
Queridos Malen y Pablo un abrazote, me da gusto ver el blog y las hermosas fotos.
ResponderEliminarcorreo para escribirles ruhova@hotmail.com
Sigan compartiendo bonita experiencia de los viajes, con cariño Ruth