Del 4 al 10 de
Setiembre, 2013.
Tuvimos suerte
y conseguimos un buen hotel, el Palace Station, a sólo 14U$S la noche, con cama
extragrande, y, por supuesto, baño privado. Claro, ellos luego cargan otros
15U$S por los “servicios” que incluyen teléfono, internet y transporte al
centro o al aeropuerto y que uno no tiene opción de negarse. Asimismo el precio es más que
razonable.
Con el hotel
reservado llegamos a esa ciudad inventada en el desierto con una tormenta
eléctrica muy fuerte, lluvia torrencial y vientos que amenazaban con sacarnos
de la autopista en cualquier momento.
Por suerte,
cuando llegamos, nuestro hotel era un oasis, tal como esperábamos, y después de
esquivar unas cuantas máquinas traga monedas en el lobby, pudimos relajarnos
con una buena ducha en nuestra habitación.
Por la noche,
que es cuando Las Vegas tiene más sentido, nos fuimos con el transfer del hotel
hasta la calle “The Strip”, donde están la mayoría de hoteles casino más
conocidos.
Qué se puede
decir de Las Vegas que ya no se sepa? Creemos que poco. Las Vegas es el arte de
lo artificial, allí todo brilla, desde los impolutos canales de Venecia, la
torre Eiffel, o la brillante esfinge egipcia.
palacios ultra modernos y tecnología sin reparos aplicados a la
opulencia, al poder del dinero y al demostrar que con papeles verdes todo se
hace, todo se tiene, no hay límites. Aunque sea en medio de un desierto, y a
veces de forma tan barroca que raya el mal gusto.
Por la mañana
y después de aprovecharnos de la piscina del hotel donde nos refrescamos un
buen rato, cerca del mediodía, salimos hacia California, por el camino más
corto, y el más duro: El Valle De La Muerte.
Cruzar este
desierto que es a la vez un parque nacional, son unos 220km. Este lugar tiene
el récord de haber alcanzado la temperatura más alta registrada jamás en el
mundo 57ºC. Muy cerca de la entrada del parque y con el sol del mediodía
derritiéndonos, se nos cortó el cable
del acelerador de Furgo, malas noticias, otra vez tirados, en el medio de la
nada. Manteniendo la calma en la banquina de la carretera casi desierta, Pablo
pudo hacer una reparación provisoria mientras Malén improvisaba un poco de
sombra con un paraguas. Así que con algunos elementos de emergencia, un poco de
voluntad y nuestras manos temblando y no precisamente de frío..., lo
conseguimos!
Decidimos
seguir pese a todo, confiando en nuestra reparación, que por suerte funcionó
perfectamente.
El Valle De La
Muerte, fue un lago que hace unos 10.000 años terminó de secarse, dejando un
lecho vacío por debajo del nivel del mar, entre dos cadenas montañosas. El
calor extremo se produce debido a que el aire caliente del valle, no puede
salir de entre las montañas y se “recicla”, calentándose aún más y más,
alcanzando temperaturas como las antes mencionadas. Bueno, no vimos demasiado
más del parque que la ruta principal, que ya es bastante. Con nuestro
termómetro por arriba de los 50º, sin aire acondicionado, y con la incertidumbre
sobre la resistencia de Furgo, no podíamos pensar demasiado más que en cruzar
lo antes posible.
Lo peor fue la
salida del valle. En 36km y en una sola subida, se pasa de los casi 70mts.
debajo del nivel del mar hasta los alrededor de 3000mts. sobre el nivel del mar. Pobre Furgo...
Superada la
prueba de resistencia de los tres, salimos del desierto cruel ya en California
y nos dirigimos hacia el norte por otro valle mas verde, preguntándonos si
podríamos entrar en el parque nacional de Yosemite, que estaba siendo devastado
desde hacía más de 2 semanas por uno de los peores incendios forestales en la
historia de los Estados Unidos. Dormimos en las afueras de la ciudad de Bishop,
en la montaña, de nuevo rodeados de un paisaje hermoso. Por la mañana
averiguamos si podíamos encontrar algún cable similar al roto para adaptar, y
como no encontramos nada, decidimos fabricar uno nuevo, compramos los
materiales en la ferretería y seguimos.
Por la mañana visitamos la zona y su tierra, compramos
verduras en una huerta donde charlamos con su dueña, y Pablo fabricó el cable
de Furgo para que esté lista para seguir. Vale comentar que la gente del campo
deja la verdura y frutas en cajones o cestas junto a una balanza y una pequeña
lista de precios en un puesto en la calle, pero no hay nadie en el puesto. Uno
se sirve lo que quiera, lo pesa, deja el dinero en una cajita que hay y ya
está!. Confianza plena y honestidad.
Cuidado: no cruce este campo a menos que pueda hacerlo en 9,9 segundos. Nuestro toro lo hace en 10 redondos. |
Bajamos hacia
el sur siguiendo la interestatal 5 que recorre toda California de Norte a Sur
por un valle que este año está extremadamente seco, entre plantaciones de
frutales, nueces, viñedos y carteles de los productores quejándose de los
recortes en el suministro de agua para riego.
Pasamos de
largo Los Ángeles y toda la parafernalia de Hollywood y paramos a dormir en
casa de Brando (marido de Mabel, amiga de Malén), en Costa Mesa. Cenamos
juntos, charlamos bastante y por la mañana temprano nos ayudó a hacer los
trámites del seguro de Furgo para México y a conseguir buenos mapas. Brando,
que por cierto es un excelentísimo guitarrista, demostró también ser un muy
buen anfitrión, aunque él crea que no, gracias Brando!.
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