"América tiene sólo tres ciudades, New York, San Francisco y New Orleans, todo el resto es Cleveland" |
Del 14 al 23 de Agosto, 2013
Los habitantes de esta
ciudad saben perfectamente que es lo que son, saben perfectamente que
no se parecen a ningún otro sitio ni tienen el desarrollo de otras
partes de Estados Unidos, saben que las leyes aquí son más
flexibles, que el estado de sus calles no es ejemplar, que hay
desocupación, droga, infraestructuras obsoletas y que probablemente
un alto porcentaje de sus locales de ocio no pasarían un control de
sanidad de ningún país civilizado. Pero saben también, que tienen
algo importantísimo que le falta a la mayoría de las otras ciudades
“civilizadas”: La alegría de vivir.
La ciudad vive en una
fiesta permanente, la música se respira en todos sus rincones, la
cordialidad de la gente y de su ambiente invita a todos a unirse a
ella, ya sean locales o visitantes de la ciudad.
Nosotros pudimos ver y vivir la ciudad como no lo hubiésemos podido planear nunca, desde adentro, gracias a la amabilidad de Susan y Robert, que aman la ciudad como los que más, y nos hicieron sentir parte de ella y amarla también.
New Orleans (que los
locales pronuncian mas o menos “Nuorlans”) Es una ciudad fundada
por los colonos franceses en 1718, luego cedida a España mas o menos
en 1762 y luego tomada por los ingleses en 1795 (gracias Wikipedia!).
Lo de la historia viene un poco porque esto justifica su identidad.
Una mezcla de la cultura francesa, caribeña, africana, española e
inglesa, clima sub tropical muy húmedo, un paisaje plano con tierras
bajas, pantanos y lagunas, el rio Mississipi, el lago Pontchartrain,
mucha fauna autóctona y vegetación exuberante. El resultado: una
ciudad muy pintoresca, en donde se vive como en un pueblo. El centro
de la ciudad tiene muchísima identidad colonial, incluso se
conservan los nombres dados por los españoles y franceses, aunque
traducidos. La comida típica es muy variada, (y excelente), lo que
contrasta con el resto del país y hay infinidad de restaurantes de
comida local, da la impresión de que todo el mundo se conoce, los
músicos se mezclan de una banda a la otra, se puede beber alcohol en
la calle y todos aceptan a un bar ruidoso como vecino. Eso es parte
de la vida diaria de esta ciudad. Incluso los locales se quejan de
los del norte que se mudan a la ciudad sin saber estas reglas!
Llegamos con el tren por la tarde, Susan nos estaba esperando y nos llevó a su casa por el “camino largo” donde pudimos hacernos una primera idea de la ciudad. Muy cerca de su casa está Oak St. Y el famoso bar The Maple Leaf, era Martes y actuaba la Rebirth Brass Band, una banda de jazz de New Orleans muy famosa, así que como bienvenida nos invitó a su concierto, que estuvo magnífico, pura energía.
A la mañana siguiente en el French Quarter (barrio francés), gracias a Robert, asistimos al rodaje desde adentro del set de la serie American Horror Stories, y vimos actuar a Jessica Lange y Kathy Bates. Por la tarde recorrimos el centro histórico, la catedral, su plaza de armas (donde hay garballons, una especie de palmeras mediterráneas -mallorquinas del llevant dirá Malén-), comimos baignets (pastelitos típicos) en el Café du Monde y Ostras a la manera de Louisiana.
Pasamos por Bourbon Street, la calle de la decadencia, donde los turistas llegan sólo para emborracharse pero que no aporta demasiado. Y tuvimos un primer encuentro con Frenchmen Street, que son un par de cientos de metros de antros ofreciendo buena comida, y aún mejor, mucha música, y de la buena. Este es el paraíso de los músicos, ambiente festivo, buenas propinas y clientes agradecidos. Es muy normal ver cantidad de personas con instrumentos caminar de un lado a otro y como lo comprobamos enseguida nadie duda en invitarte a tocar con ellos, aunque no te conozcan de nada. Así entró Pablo por la puerta grande a su primer concierto en Maîson, le siguió una banda callejera y terminó tocando en el Negril con Jonh Lisi amigo de Brando. Nada mal, considerando el nivel musical. Sueño cumplido. También tuvimos la oportunidad de ver a Greyson Capps tocando con amigos a la vuelta de la esquina de la casa de nuestros amigos ah, e invitados por la dueña del bar.
A parte de buena música, y de los barrios (incluso aquellos que desaparecieron literalmente tras el paso del huracán Katrina),
nuestros amigos nos llevaron a hacer un recorrido entre los humedales
y pantanos, y pudimos ver cocodrilos, un armadillo y pájaros
diversos.
También pudimos recorrer
la ciudad en bicis y pronto disfrutamos de los paseos por calles
disfrutando de sus jardines y parques planos. Al final en los 6 días
que estuvimos en la ciudad ya nos conocíamos con un montón de gente
que nos saludaba por la calle y Pablo tenía más invitaciones para
seguir tocando… pero también teníamos que seguir nuestro camino.
El Lunes por la tarde
regresamos nuevamente en tren a Jackson, Mississippi, donde Sarah,
una amiga de Susan nos estaba esperando para llevarnos a Ridgeland,
donde aún estaba nuestra enferma compañera.
Dormimos nuevamente con furgo en el taller y el Martes fuimos a la casa de Joshua, que contactamos por Couchsurfing, y que gentilmente nos vino a buscar. El problema de estas ciudades es que no tienen un servicio de transporte público eficiente, y los taxis son demasiado caros. Ah, caminar es algo muy raro, las distancias son enormes y no hay aceras ni paso de peatones.
El Martes nuestros amigos de Mallorca nos confirmaron el envío de las piezas que tendríamos que recibir el Viernes por la tarde o el siguiente Lunes por la mañana, lo que alargaría bastante nuestra espera.
Estuvimos tres noches en
casa de Joshua que nos dejó su bonita casa con total libertad,
incluso nos pudimos relajar en la piscina comunitaria, cosa que
estuvo muy bien.
El Jueves por la noche nos encontrábamos rastreando el envío con la compañía, cosa que nos ponía bastante incómodos, ya que según la página de internet de la empresa, nuestro paquete, aparte de estar retenido en aduanas (otra vez con la protección de fronteras...), parecía que lo habían reenviado a Alemania. Por suerte todo fue una falsa alarma y el Viernes por la mañana ya recibíamos la confirmación de que el paquete estaba en Jackson, aún así, ellos se tomaban todo el día para entregárnoslo. Por suerte no fue así, y la gente de Ridgeland Service Center que tan bien se portaron con nosotros y que tan bien nos atendieron antes de recibir el paquete ya nos habían desmontado a Furgo así que cuando llegó el paquete en medio de aplausos del personal, montaron todo enseguida, nos revisaron todo y después de casi 15 días de espera....... partimos!!!
Queremos agradecer de
nuevo y muy especialmente a toda la gente que nos ayudó en esto:
En Mallorca a Gonzalo,
Byron, Pedro Campaner y todo el personal de Tot Jardí, que los
pusimos en un gran aprieto y se portaron todos como héroes.
En Ridgeland a todo el
personal de Ridgeland Service Center, especialmente a su dueño Hal
Mardis y a su hijo Josh, que se preocuparon en todo momento para que
tengamos de todo y estemos cómodos.
A Susan y Robert en
New Orleans, fueron increíbles con nosotros y lo apreciamos
muchísimo.
A Sarah de Jackson que
sin conocernos nos vino a buscar y nos encontró donde estar para el
fin de semana.
A Joshua, que nos
prestó su propia casa en Clinton, esperamos que tenga unas buenas
vacaciones en España