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martes, 27 de agosto de 2013

10 – New Orleans (Tercer mundo... y orgullosos de serlo!)



"América tiene sólo tres ciudades, New York, San Francisco y New Orleans,  todo el resto es Cleveland"

Del 14 al 23 de Agosto, 2013


Los habitantes de esta ciudad saben perfectamente que es lo que son, saben perfectamente que no se parecen a ningún otro sitio ni tienen el desarrollo de otras partes de Estados Unidos, saben que las leyes aquí son más flexibles, que el estado de sus calles no es ejemplar, que hay desocupación, droga, infraestructuras obsoletas y que probablemente un alto porcentaje de sus locales de ocio no pasarían un control de sanidad de ningún país civilizado. Pero saben también, que tienen algo importantísimo que le falta a la mayoría de las otras ciudades “civilizadas”: La alegría de vivir.






La ciudad vive en una fiesta permanente, la música se respira en todos sus rincones, la cordialidad de la gente y de su ambiente invita a todos a unirse a ella, ya sean locales o visitantes de la ciudad.









Nosotros pudimos ver y vivir la ciudad como no lo hubiésemos podido planear nunca, desde adentro, gracias a la amabilidad de Susan y Robert, que aman la ciudad como los que más, y nos hicieron sentir parte de ella y amarla también.





New Orleans (que los locales pronuncian mas o menos “Nuorlans”) Es una ciudad fundada por los colonos franceses en 1718, luego cedida a España mas o menos en 1762 y luego tomada por los ingleses en 1795 (gracias Wikipedia!). Lo de la historia viene un poco porque esto justifica su identidad. Una mezcla de la cultura francesa, caribeña, africana, española e inglesa, clima sub tropical muy húmedo, un paisaje plano con tierras bajas, pantanos y lagunas, el rio Mississipi, el lago Pontchartrain, mucha fauna autóctona y vegetación exuberante. El resultado: una ciudad muy pintoresca, en donde se vive como en un pueblo. El centro de la ciudad tiene muchísima identidad colonial, incluso se conservan los nombres dados por los españoles y franceses, aunque traducidos. La comida típica es muy variada, (y excelente), lo que contrasta con el resto del país y hay infinidad de restaurantes de comida local, da la impresión de que todo el mundo se conoce, los músicos se mezclan de una banda a la otra, se puede beber alcohol en la calle y todos aceptan a un bar ruidoso como vecino. Eso es parte de la vida diaria de esta ciudad. Incluso los locales se quejan de los del norte que se mudan a la ciudad sin saber estas reglas!





















Llegamos con el tren por la tarde, Susan nos estaba esperando y nos llevó a su casa por el “camino largo” donde pudimos hacernos una primera idea de la ciudad. Muy cerca de su casa está Oak St. Y el famoso bar The Maple Leaf, era Martes y actuaba la Rebirth Brass Band, una banda de jazz de New Orleans muy famosa, así que como bienvenida nos invitó a su concierto, que estuvo magnífico, pura energía.






A la mañana siguiente en el French Quarter (barrio francés), gracias a Robert, asistimos al rodaje desde adentro del set de la serie American Horror Stories, y vimos actuar a Jessica Lange y Kathy Bates. Por la tarde recorrimos el centro histórico, la catedral, su plaza de armas (donde hay garballons, una especie de palmeras mediterráneas -mallorquinas del llevant dirá Malén-), comimos baignets (pastelitos típicos) en el Café du Monde y Ostras a la manera de Louisiana.







Pasamos por Bourbon Street, la calle de la decadencia, donde los turistas llegan sólo para emborracharse pero que no aporta demasiado. Y tuvimos un primer encuentro con Frenchmen Street, que son un par de cientos de metros de antros ofreciendo buena comida, y aún mejor, mucha música, y de la buena. Este es el paraíso de los músicos, ambiente festivo, buenas propinas y clientes agradecidos. Es muy normal ver cantidad de personas con instrumentos caminar de un lado a otro y como lo comprobamos enseguida nadie duda en invitarte a tocar con ellos, aunque no te conozcan de nada. Así entró Pablo por la puerta grande a su primer concierto en Maîson, le siguió una banda callejera y terminó tocando en el Negril con Jonh Lisi amigo de Brando. Nada mal, considerando el nivel musical. Sueño cumplido. También tuvimos la oportunidad de ver a Greyson Capps tocando con amigos a la vuelta de la esquina de la casa de nuestros amigos ah, e invitados por la dueña del bar.







A parte de buena música, y de los barrios (incluso aquellos que desaparecieron literalmente tras el paso del huracán Katrina), nuestros amigos nos llevaron a hacer un recorrido entre los humedales y pantanos, y pudimos ver cocodrilos, un armadillo y pájaros diversos.








También pudimos recorrer la ciudad en bicis y pronto disfrutamos de los paseos por calles disfrutando de sus jardines y parques planos. Al final en los 6 días que estuvimos en la ciudad ya nos conocíamos con un montón de gente que nos saludaba por la calle y Pablo tenía más invitaciones para seguir tocando… pero también teníamos que seguir nuestro camino.



                                                                                                                                                                    El Lunes por la tarde regresamos nuevamente en tren a Jackson, Mississippi, donde Sarah, una amiga de Susan nos estaba esperando para llevarnos a Ridgeland, donde aún estaba nuestra enferma compañera.




Dormimos nuevamente con furgo en el taller y el Martes fuimos a la casa de Joshua, que contactamos por Couchsurfing, y que gentilmente nos vino a buscar. El problema de estas ciudades es que no tienen un servicio de transporte público eficiente, y los taxis son demasiado caros. Ah, caminar es algo muy raro, las distancias son enormes y no hay aceras ni paso de peatones.





El Martes nuestros amigos de Mallorca nos confirmaron el envío de las piezas que tendríamos que recibir el Viernes por la tarde o el siguiente Lunes por la mañana, lo que alargaría bastante nuestra espera.
Estuvimos tres noches en casa de Joshua que nos dejó su bonita casa con total libertad, incluso nos pudimos relajar en la piscina comunitaria, cosa que estuvo muy bien.







                                                                           

El Jueves por la noche nos encontrábamos rastreando el envío con la compañía, cosa que nos ponía bastante incómodos, ya que según la página de internet de la empresa, nuestro paquete, aparte de estar retenido en aduanas (otra vez con la protección de fronteras...), parecía que lo habían reenviado a Alemania. Por suerte todo fue una falsa alarma y el Viernes por la mañana ya recibíamos la confirmación de que el paquete estaba en Jackson, aún así, ellos se tomaban todo el día para entregárnoslo. Por suerte no fue así, y la gente de Ridgeland Service Center que tan bien se portaron con nosotros y que tan bien nos atendieron antes de recibir el paquete ya nos habían desmontado a Furgo así que cuando llegó el paquete en medio de aplausos del personal, montaron todo enseguida, nos revisaron todo y después de casi 15 días de espera....... partimos!!!


Queremos agradecer de nuevo y  muy especialmente a toda la gente que nos ayudó en esto:

En Mallorca a Gonzalo, Byron, Pedro Campaner y todo el personal de Tot Jardí, que los pusimos en un gran aprieto y se portaron todos como héroes.

En Ridgeland a todo el personal de Ridgeland Service Center, especialmente a su dueño Hal Mardis y a su hijo Josh, que se preocuparon en todo momento para que tengamos de todo y estemos cómodos.
 
A Susan y Robert en New Orleans, fueron increíbles con nosotros y lo apreciamos muchísimo.

A Sarah de Jackson que sin conocernos nos vino a buscar y nos encontró donde estar para el fin de semana.

A Joshua, que nos prestó su propia casa en Clinton, esperamos que tenga unas buenas vacaciones en España











martes, 20 de agosto de 2013

9 - De Nashville, (Tennesse) a Jackson, (Mississippi)


Del 9 al 12 de Agosto de 2013

Otra vez dependiendo sólo de coordenadas en nuestro GPS y buscando un sitio apropiado para dormir sin casi luz solar. Así que después de un buen rato surcando carreteras mínimas al lado de arroyos desbordados por las intensas lluvias del día y casas marginales con patios absolutamente desordenados llegamos a un camping propiedad del cuerpo de ingenieros del ejército cerca del pueblo de Granville, y que no es más que un predio al lado de un lago. Preguntamos a una persona que estaba acampando allí (el único) y nos dijo que era un sitio muy tranquilo y que éramos los primeros humanos con los que hablaba en una semana. 




 









Por la mañana temprano antes de salir Pablo intentó probar suerte y pescar algo, el sitio era idóneo y los peces saltaban por todos lados, pero no logramos mas que un par de piques, él le echa la culpa a la falta de equipo, Malén a la falta de técnica de Pablo (los peces siguieron saltando felices).


Desayunamos con buenas vistas y de camino a Nashville pasamos por una biblioteca donde nos conectamos a internet, la gente enseguida se acercó y nos ofrecieron si queríamos estar en su casa y nos invitaron a un concierto para el día siguiente, pero estábamos un poco atrasados de tiempo, así que decidimos seguir nuestra ruta y al mediodía llegamos a la capital de la música Americana, lo que engloba todos los estilos de country, folk, bluegrass, cajun, rockabilly, etc.





Nashville es una ciudad típicamente americana, un centro (downtown) donde hay algunos rascacielos que sirven de oficinas, algunos edificios públicos y poco más. La gente no vive ni hace sus compras en la ciudad. Por lo que las ciudades tienen una apariencia un tanto fria y desolada. Pero en el caso de Nashville, además hay unas cuantas manzanas dedicadas a la música y sus estrellas, museos de músicos famosos como Johnny Cash, el Hall de la Fama, muchísimos bares con música en vivo y un ambiente festivo sobretodo en Broadway St. que contrasta bastante con la frialdad del resto de la ciudad.

Estuvimos un par de horas visitando la ciudad y entramos al museo del estado de Tennesse que muestra la forma de vida de los nativos indígenas y de los primeros conquistadores españoles y colonos ingleses, por cierto, muy interesante. No entramos en los museos de la música ya que los precios de las entradas nos parecieron abusivos. 









A media tarde en medio de una gran tormenta, salimos hacia Menphis, alargando un poco el camino para hacer una parte del trazado de la Natchez Trace Parkway, la antigua ruta que data del siglo 19, por donde los primeros colonos y comerciantes se comunicaban desde el norte con los puertos del Mississippi, el Golfo de México y las rutas hacia el oeste. El paisaje es muy parecido al de la Blue Ridge Parkway que recorrimos anteriormente, es una ruta escénica de unos 700km con paradas para hacer caminatas, bosques y muchas referencias históricas. También está administrada por Parques Nacionales, nosotros dormimos en un camping precioso, con baños limpísimos, agua potable e instalaciones inmejorables,... y gratis.



Memphis se parece un poco a simple vista a Nashville, y también tiene su calle de la fiesta, (Beale St.) con muchísimas referencias a sus iconos, Elvis, Jerry Lee Lewis, los estudios de grabación Sun Records, el sello discográfico Stax (Ike & Tina Tuner, etc.) y mucho rock n' roll en sus primeras formas.



                                                                                                

 Luego de nuestro almuerzo en el parking de un mall comercial, notamos que teníamos problemas con los cambios de Furgo, al principio no parecía alarmante, pero enseguida empeoró y se estaba haciendo bastante difícil introducir alguna marcha, en especial en los semáforos y stops.




La alarma nos saltó del todo en el barrio de Graceland, casualmente a pocos metros de la puerta de entrada de la casa de Elvis, que por cierto, por la “módica” suma de U$S33 se puede visitar. 

























Siendo prácticamente imposible entrar marchas más que la 4ª o 5ª, salimos de Memphis ya que era difícil encontrar un taller abierto un Sábado por la tarde y pusimos rumbo a la Natchez Trace Parkway, que no tiene casi nada de tráfico y sería mas fácil acampar para ver si podíamos dar una solución al problema. Tuvimos la suerte que en un pueblito muy pequeño, había un taller abierto. Nos atendieron muy bien, y nos dieron una solución: el cable del embrague estaba demasiado suelto y necesitaba un poco más de tensión. Simple. Rápido. Barato. 




 

Seguimos aliviados, todo perfecto, acampamos en otro camping de similares características al del día anterior y por la mañana partimos por la misma ruta escénica con destino a New Orleans a la que arribaríamos al mediodía, y donde nos esperaban Susan y Robert, amigos de Mabel y Brando (unos buenos amigos nuestros).






Tuvimos que ajustar aún más el cable del embrague, cosa que nos daba mala espina. Cerca de la ciudad de Jackson, capital de Mississipi paramos en un mirador del lago Ross Barnett y ya no pudimos partir, Furgo dijo basta y no hubo forma de iniciar la marcha, por lo que llamamos al servicio de grúa del seguro, le pedimos a éste que nos recomiende un taller y nos dejó en el patio trasero de uno que estaba cerrado en la localidad de Ridgeland, en la periferia de Jackson, en Domingo y con un calor sofocante. Por suerte, en la zona hay un Mac Donalds donde nos dejaron estar toda la tarde con aire acondicionado e internet.



El Lunes temprano a la mañana nos despertaron el dueño del taller y sus empleados que nos miraban extrañados de que estemos acampando en su patio, aunque por suerte no enojados. Después de explicarles y de que le den una primera mirada a Furgo, descubrieron que la horquilla que acciona el embrague estaba partida y que por precaución era mejor cambiar la pieza y el kit de embrague a la vez, por otro lado descubrieron que ambas piezas no se podían conseguir en Estados Unidos así que nos pusimos en contacto con los compañeros de trabajo de Pablo, Byron y Gonzalo quienes aparte de tener ya de por sí muchísimo trabajo se pusieron enseguida en campaña para conseguirlos en España. El personal de Ridgeland Services Center y su dueño, Hal Mardis, se portaron de maravillas con nosotros, nos dejaron quedar en el patio de su taller y nos ofrecieron de todo para que estemos mas confortables mientras esperamos las piezas, incluso llamaron a la policía para que si nos veían que estén avisados de que estábamos acampados allí y no nos molestasen.


El Martes por la mañana, entre la certeza de que estaba todo en marcha y la incertidumbre de cuanto iba a tardar en solucionarse todo, Hal amablemente nos llevó a la estación de Jackson para subirnos al único tren diario y encontrarnos con Susan y Robert que nos esperaban desde el domingo en New Orleans.

...fin del camino.